El ejército de Sudán logra su triunfo más simbólico en dos años de guerra al recuperar el palacio presidencial
El complejo estaba ocupado por los paramilitares desde el inicio de los enfrentamientos. Las Fuerzas Armadas ya controlan casi toda la capital, Jartum

El ejército regular de Sudán ha anunciado este viernes por la mañana que ha recuperado el palacio presidencial del país, ubicado en el corazón de la capital, Jartum, y ocupado por las Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares desde el inicio de la guerra civil, hace casi dos años. La toma del complejo es el triunfo más simbólico logrado hasta la fecha por las Fuerzas Armadas, que ya controlan casi toda la zona de la capital, supone un duro revés para los paramilitares y cimenta el cambio de tendencia en la contienda que se libra en el centro del país, donde estalló.
En un discurso pronunciado a primera hora de la mañana, el portavoz castrense, Nabil Abdallah, calificó los últimos avances del ejército de “hazaña heroica inmortal” y se refirió al palacio presidencial como un “símbolo de la soberanía y la dignidad de la nación sudanesa”. También afirmó que sus fuerzas han retomado otros puntos del centro de Jartum, dedicó la victoria a un “pueblo inquebrantable”, y avanzó que seguirán luchando “hasta que la victoria sea total”.
La capital de Sudán se encuentra en el lugar donde las aguas del Nilo Azul y el Nilo Blanco convergen en un solo río, por lo que la zona está formada por tres ciudades gemelas: Jartum, que es formalmente la capital; Omdurmán, al oeste; y Bahri, al noreste. Desde que estalló la guerra, en abril de 2023, los paramilitares han controlado casi todo Jartum y el ejército solo mantuvo algunas posiciones estratégicas, como la sede del mando general castrense, en las que se atrincheró durante meses.
El palacio presidencial, en el centro de la ciudad, fue asaltado por los paramilitares en los primeros compases de la guerra, en un intento de capturar o asesinar al presidente de Sudán y comandante del ejército, Abdelfatá Al Burhan, que escapó. Desde entonces, el Gobierno castrense se ha reubicado a Puerto Sudán, una ciudad en el mar Rojo que se ha convertido en una suerte de capital administrativa provisional.
En enero del año pasado el ejército retomó buena parte de Omdurmán, pero durante meses el conflicto permaneció prácticamente estancado en la capital, con ambos bandos atrincherados en posiciones relativamente fáciles de defender y recurriendo a ataques de artillería y drones.

El inicio de la batalla final por Jartum comenzó en septiembre, cuando el ejército logró tomar por sorpresa tres puentes clave y un punto de apoyo. Sus avances se aceleraron a partir de finales de enero, tras recapturar la principal ciudad al sur de Jartum, Uad Madani. El asalto final al palacio presidencial se lanzó el domingo después de lograr cerrar el cerco en torno a los últimos efectivos paramilitares. El jueves tuvo lugar el último —y feroz— combate.
Un solo puente
Ahora, el ejército controla todo Bahri y la mayor parte de Omdurmán y de Jartum. Las últimas fuerzas paramilitares se concentran en el sur, donde controlan un solo puente que les permite escapar de la capital. Tras la toma del complejo presidencial, se espera que el ejército intente recuperar el resto de Jartum mientras dirige su atención hacia el oeste del país, en particular a la región de Kordofán y sobre todo Darfur.
La capital de Darfur Norte, El Fasher, es la única de la región que todavía controla el ejército. Asediada, sin embargo, desde hace un año, se está librando una batalla crucial para el futuro de Sudán. Hasta el punto de que el país podría partirse en dos si los paramilitares la toman o acelerar su reunificación si los militares y grupos aliados se hacen con la iniciativa.
Atrocidades y detenciones arbitrarias
Como ha sido la norma en el resto de ofensivas, la batalla por Jartum ha estado acompañada de graves atrocidades por parte de los bandos beligerantes. A principios de febrero, por ejemplo, los paramilitares atacaron con artillería el mercado central de Omdurmán, matando a más de 50 personas. Miembros de las milicias aliadas del ejército y agentes de la poderosa inteligencia militar han estado, asimismo, implicadas en detenciones arbitrarias, desapariciones y ejecuciones sumarias en zonas donde han recuperado el control.
La situación humanitaria en la capital de Sudán, que sufre la mayor crisis humanitaria del mundo, es igualmente catastrófica, sobre todo en las zonas que todavía siguen bajo control paramilitar. Jartum ha sido el escenario de algunos de los combates más encarnizados de toda la guerra, lo que ha devastado sus infraestructuras básicas. Se teme, además, que algunas zonas de la capital se han visto especialmente castigadas se encuentran en condiciones de hambruna. Además, casi la mitad de sus hospitales han sufrido daños desde el inicio de la contienda.
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